La alegría del Mundial es Colombia. Da gusto verles jugar y celebrar los goles con un baile divertido, atrevido y descarado. Así es la selección que dirige Pékerman. Un equipazo que ha superado la baja traumática de Falcao y que ya está en octavos tras ganar y aprovecharse del empate entre Japón y Grecia.
El segundo resultó más complicado que el primero ante unos 'elefantes' que, cuando despertaron de su letargo, perdían 2-0 a falta de 20 minutos para el final. Sufrieron los cafeteros en el último cuarto de hora tras merecer el triunfo con un gran Cuadrado, el mejor del partido, y un inspiradoJames Rodríguez. Colombia puede presumir de tener dos balas, una por cada lado, y un buen fondo de armario. De él salió Quintero para dejar detalles de gran jugador y colaborar con el triunfo. Ni siquiera hizo falta que participaran de él jugadores de la talla de Guarín, Jackson Martínez o Bacca.
Colombia tiene ritmo, bailando y jugando al fútbol. La música la pone Cuadrado, un jugadorazo. Si lo quiere el Barça y no lo tiene todavía firmado le saldrá más caro. Aunque, visto lo visto, es más extremo que lateral derecho. En el estadio Mané Garrincha de Brasilia le dio la tarde al marfileño Boka, que podría fichar por el Málaga. Corre, regatea, centra y tiene buen disparo. Todo en uno.
Por si fuera poco, Pékerman tiene otra joya llamada James Rodríguez. En el 29', un gran pase suyo a Teófilo Gutiérrez debió acabar en el 1-0. El delantero colocó mal el pie y falló totalmente solo delante del portero cuando se cantaba el gol. Imperdonable fallo que hizo añorar a Falcao. Esa, el Tigre la mete sin despeinarse de un zarpazo certero. Pueden echarle de menos más adelante.
Mientras tanto, Costa de Marfil se conformaba con mantener el empate a cero. Touré Yaya y Gervinho aparecían poco, Drogba y Kalou estaban en el banquillo y el único que brillaba con luz propia era Aurier, un lateral derecho con una pinta estupenda que debe estar en la agenda de todos los secretarios técnicos de Europa presentes en el Mundial. Fue lo más destacable del conjunto africano, mediocre en el centro con el contundente Tioté y con Die. Lloró con el himno antes del partido. No fue por su la muerte de su padre (fallecido hace 10 años) como se dijo en un principio. Simplemente se emocionó, y después no dio pie con bola.
El show de Cuadrado
Tras una primera parte entretenida e igualada, Colombia metió una marcha más en busca del tanto que había dejado de anotar con el fallo de Teo. Se marchó un discreto Ibarbo y entró Quintero, otro jugón. Lamouchi tardó más en mover ficha y lo terminó pagando. En el 59', Cuadrado anticipó lo que iba a suceder después con una gran jugada que acabó con un trallazo al poste casi sin ángulo. Antes se había ido de Boka con dos bicicletas preciosas tras un control en carrera. Casi nada.
Quedaba media hora cuando Drogba apareció en el terreno de juego por Bony, perdido entre Yepes y Zapata. La estrella marfileña entró con mal pie. En el 64', Cuadrado puso un córner desde la izquierda y James Rodríguez apareció con potencia para hacer el 1-0 ganando la marca a Drogba. Sin tiempo de recuperarse llegó el segundo tanto cinco minutos después. Die perdió un balón donde está prohibido hacerlo, James recuperó, Teo prolongó y el balón terminó en los pies de Quintero. Gol y esperando los octavos para Colombia por primera vez desde 1990, cuando la lió Higuita ante Camerún.
Heridos de muerte, los elefantes se levantaron del fango gracias a un buen gol de Gervinho, que cruzó desde la izquierda hasta el área esquivando rivales para batir a Ospina con un trallazo en el 74'. Fue uno de los pocos fallos de una zaga bien liderada por Yepes, un capitán con mayúsculas.
Quedaban quince minutos y a Colombia le temblaron un poco las piernas. Quizá por el esfuerzo. Drogba y Gervinho sembraron el pánico en los minutos finales, y Quintero a punto de sentenciar con un gol desde mediocampo. Y es que Colombia se atreve con todo. Que siga el baile.
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