martes, 24 de junio de 2014

México no solo es Ochoa. Croacia 1 Mexico 3


México selló su presencia en los octavos de final después de derrotar a Croacia con goles de Márquez, Guardado y 'Chicharito' en la recta final del encuentro. El combinado de Miguel Herrera confirmó su resurrección después de una turbulenta fase de clasificación -ganó a Nueva Zelanda en la repesca- y pasa a la siguiente fase como segunda del Grupo A aunque con los mismos puntos que la anfitriona Brasil -siete, con dos victorias y un empate-.
Croacia solo se pareció al equipo de las dos primeras jornadas en el arreón inicial, donde generó tres córners prácticamente consecutivos. Uno de ellos lo remató alto Perisic y otro lo devolvió al corazón del área Lovren. Cuando Manzukic se relamía, Paul Aguilar metió la cabeza para evitar el tanto croata.
El partido lo cambió un extraordinario zurdazo de Héctor Herrera que se estrelló en la cruceta izquierda de Pletikosa. A renglón seguido, un pase al hueco del propio jugador del Oporto no lo convirtió Peralta a causa de un resbalón.
Esta doble ocasión asustó a Croacia, que prácticamente no volvió a acercarse hasta el área de Ochoa. Un disparo de Pranjic desde la frontal que se marchó alto fue lo único reseñable en ataque de los balcánicos.
Márquez, de nuevo goleador
La segunda mitad siguió el mismo guión que la primera. Comenzó empujando Croacia, con un Modric más participativo que al inicio, pero México fue creciendo hasta anular de nuevo a su rival.

El duelo se rompió en un saque de esquina que cabeceó picado Rafa Márquez. Pletikosa reaccionó lento y México acarició los octavos. Tercer Mundial consecutivo en que el capitán del 'Tri' ve portería.
Suerte para la FIFA que marcó Márquez cuando otro escándalo asomaba en el Arena de Pernambuco. El uzbeko Ravshan Irmatov no había señalado una clarísima mano de Srna a disparo de volea de Guardado. En el córner posterior, Cornuka salvó en línea de gol el chut directo de Herrera. Al siguiente intento de México, el cabezazo de Márquez dejó en anécdota el clamoroso fallo arbitral.
Guardado y Chicharito sentencian
En apenas diez minutos, del 72 al 82, llegaron los tres goles de México. Un chut a la escuadra de Guardado culminó una contra perfecta de los aztecas para hacer el segundo. 'Chicharito' Hernández, en otro córner que peinó Márquez, finiquitó el encuentro.

Por momentos, México soñó con el primer puesto, pero el cuarto tanto de Brasil a Camerún le hizo desistir. Perisic, además, marcó el gol de la honra croata tras un fabuloso taconazo de Rakitic.
Mientras el Arena Pernambuco, de mayoría mexicana, celebraba el pase a octavos de la 'Tri', Rebic fue expulsado por una escalofriante plancha a Peña y el Memo Ochoa añadió otra parada mundialista a su repertorio tras un remate de Perisic.
El próximo domingo (18.00 horas) espera Holanda en un partido que no podrá jugar el mediocentro José Juan Vázquez por sanción. Será la sexta vez consecutiva que México juegue unos octavos de final. En las cinco anteriores, quedó eliminado.
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Brasil baila al ritmo de Neymar. Camerun 1 Brasil 4



Con un doblete de un Neymar estelar, Brasil derrotó por 4-1 a Camerún y se aseguró la primera plaza del Grupo A del Mundial, por lo que se medirá a Chile en la primera eliminatoria de octavos de final el próximo sábado.

Brasil vive y respira por Neymar, que es el faro que ilumina a un equipo, por lo demás, menos temible de lo que indicaría el peso de su legendaria historia. Ante Camerún, una selección desahuciada desde el primer día por sus despistes defensivos, necesitó de nuevo de la mejor versión de la estrella del Barcelona para decantar el duelo.
A partir de ahí, cada cual es libre de sacar sus propias conclusiones, porque habrá quien piensa que esta 'Neymardependencia' es lo más parecido a vivir permanentemente en el filo de la navaja, mientras que otros se quedarán con el estado de gracia del '10' de la 'canarinha' para justificar el favoritismo local.
Sea cual sea el resultado de estas disquisiciones, lo único seguro es que Brasil no ganará este Mundial por aplastamiento. Lo ganará según sople el viento y luzca Neymar, que en buena medida resume el 'plan perfecto' de 'Felipao' para la conquista de la sexta estrella.
El duelo ante Camerún fue un fiel reflejo de todo lo que aquí exponemos. Arrancó bien Brasil, con una ocasión de Paulinho a las primeras de cambio, pero este arrebato inicial duró lo que un caramelo en la puerta de un colegio, porque si algo ha demostrado esta selección en lo que llevamos de Mundial es que es cualquier cosa menos constante.
Así pasó que los africanos se vinieron arriba y empezaron a merodear el área de Julio César con aviesas intenciones. Una declaración de intenciones que Neymar abortó de forma abrupta al rematar de primeras un buen centro de Luiz Gustavo, que sacó petróleo de una de las recurrentes pérdidas de balón de los cameruneses en la medular.
Parecía el inicio de una goleada, cosa que al final ocurrió, pero las buenas historias se escriben con renglones torcidos. Y es que Camerún no estaba dispuesto a despedirse de este Mundial sin al menos hacer un poco de ruido, cosa que logró con el tanto de Matip, que premiaba el buen juego de los otrora 'Leones Indomables'.
El empate añadió una pequeña dosis de dramatismo al encuentro, porque otro tanto de los africanos eliminaba de forma provisional a los anfitriones, pero Neymar volvió a poner las cosas en su sitio con una nueva diana que le aúpa al primer puesto de las lista de artilleros de esta Copa del Mundo.
Una buena ocasión de Hulk, tras una obra de arte de Neymar, puso fin a un primer tiempo más que entretenido. Y es que ganaba Brasil, pero Camerún daba la cara.
La pentacampeona volvió a la carga en el arranque de una segunda parte que acabó de decantar el duelo, pues el tanto de Fred de cabeza, a pase de David Luiz, cercenó cualquier atisbo de rebelión africana.
El resto del partido fue prescindible, más allá de alguna aparición esporádica de Neymar y, lógicamente, el tanto de Fernandinho, que aprovechó una gran pared con Willian para poner el lazo a un encuentro que no pasará a los anales de este Mundial pero que sirvió a Brasil para cumplir su primer gran objetivo, que no era otro que pasar como primero de grupo.
Ahora le queda un camino escarpado repleto de trampas, un carrusel de partidos del que puede salir escaldado si no ofrece su mejor versión, empezando por el del próximo sábado frente a la rocosa Chile. La cosa pinta complicada, pero con Neymar y sus pasos de baile todo es posible.

Los más grandes también lloran. Australia 0 España 3



España cerró un Mundial para olvidar con un triunfo honroso ante Australia. No había ningún motivo para sonreir antes de coger vacaciones anticipadas. Todo lo contrario. La nostalgia embargó a la selección en el adiós de Villa, gran protagonista en Curitiba. Marcó un gol y se marchó llorando. Fue la imagen que mejor representó el dolor de la eliminación. El final de una etapa gloriosa irrepetible.
Australia salió mejor. Para ellos era la oportunidad de irse a casa con un premio. Para España, un marrón que se le podía atragantar. En los primeros cuatro minutos éramos un equipo asustado, nervioso y descolocado. Los 'aussies' llegaban alentados por la grada, que pedía más madera. "Eliminado, eliminado" se cantada en un Baixada Arena a medio hacer con España deshecha, de negro y de luto. No parecía ni España. Sólo una sombra del pasado. Ya no brillaba la estrella. Sólo el amarillo fosforito de las equipaciones. Tres distintas en tres partidos. Irreconocibles. Sonaban los olés pero eran para Australia. España estaba desnudo, como Torres en la banda, aunque en aparencia llegó fuerte.
España tardó 23 minutos en crear algo de peligro. Fue en un remate de Jordi Alba tras un taconazo de Villa. El Guaje fue de los más entonados en su hipotética despedida. No era un partido más para él, capaz todavía de dejar retratado a Jedinak con una bicicleta y un pase de la muerte al que no llegó nadie. O de marcar un golazo a la altura de lo que es: el máximo goleador de la historia de la selección.
En el 36', Juanfran llegó hasta línea de fondo por la derecha y asistió a Villa, que tiró de recursos para marcar con un bonito taconazo. Su gol número 59 lo celebró besándose repetidas veces el escudo. Orgulloso, emocionado y rabioso. Hasta nueve veces. Una por cada gol en sus doce partidos en los Mundiales. Fue la reivindicación de un pasado irrepetible que también evocó Iniesta con su pase a Juanfran y el posterior a Cazorla en otra buena jugada de España al filo del descanso. Retazos de lo que queda de la España del tiki-taka. La que enamoraba a todos.

Un cambio polémico
Tenía tantas ganas Villa de jugar y de marcar su gol número 60 que no entendió el cambio de Del Bosque en el 57' por el inédito Mata. "No hombre, no", se pudo leer en sus labios mientras se marchaba enfadado hacia la banda dejando atrás los mejores números de la Roja. Fue sentarse en el banquillo y romper a llorar. No quería marcharse así. Quizá haya ocasión para algún homenaje.

Mal de todas formas Vicente, que seguramente se ha equivocado de cabo a rabo desde que llegó a Brasil. Para el último partido optó por poner a Xabi Alonso y así evitar suspicacias. Xavi, tal y como anunció, calentó banquillo. Igual que el díscolo Cesc Fábregas, que entró en el 68' por Cazorla. Fue la mejor manera que encontró el seleccionador para quitarle hierro a la bronca del otro día.
En el 69', Iniesta regaló el segundo a Torres con un pase excelso para que el Niño batiese por bajo a Ryan con una definición correcta. Y en el 82', Cesc puso en bandeja el tercero a Mata, siempre dispuesto a aprovechar sus escasas oportunidades. Australia había caído en las redes de España.
Era un trofeo menor y simbólico para España, acostumbrada estos años a la caza mayor. Pero es lo que tenía que hacer La Roja antes de volver de Brasil. Ganar su último partido y hacer propósito de enmienda. Que no se vuelva a repetir nunca más.
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